LA SILLA RB HABÍA QUEDADO VACANTE
En la Real Academia de las Palabrotas estaban esperando la hora de una despedida que había llegado hace un año. En el camino más morado de la ciudad lucía un sol de mayo, tan peligroso para las pestañas y para los denuestos. Los académicos llevaban un orden , para aquella cita vespertina, donde quizás las “palabrotas” se convirtieran en “paradojas”. El culpable, el penúltimo vecino de El Callejón del Gato (calle RioReba, Egia), Rafael Berrio, que ya no volvería a las sesiones en las que se esquilmaba el rock n roll para favorecer los episodios nacionales y los chansonniers de turno. Cuando queda una silla vacía, Sevilla huele al juego crepuscular de ocupar con un nítido visaje de armonía.
La Real Academia trabajaba el domingo. Y las palabrotas/paradojas se iban inoculando en aquella sesión vernácula que se digiere en pequeñas dosis de imaginación, tan frustrantes como la vida del que había ideado aquella ceremonia del adiós, a la francesa. Nadie se olvidó de los toques de queda, de la pandemia, de la responsabilidad de volver singularmente a aquellos años 80 del siglo 20 donde RB era un heroico baluarte del underground donostiarra. Con la paradójica palabrota.
Jkar Landa
(Dabadaba, 2mayo2021)
(Dabadaba, 2mayo2021)